El pasado 29 de noviembre vivimos una noche que quedará para siempre en nuestra memoria. “Nace un Movimiento” fue un éxito rotundo: el auditorio estuvo prácticamente lleno, el público se emocionó hasta las lágrimas y cada cuadro del espectáculo dejó una huella profunda. Lo que comenzó como un sueño se transformó en una experiencia poderosa, creada en tan solo dos meses de trabajo intenso, disciplina, entrega absoluta y una pasión que se sintió en cada rincón.

En el centro de todo estuvo Doris Sierra, quien no solo brilló con solos espectaculares que elevaron la energía del público, sino que también fue la creadora de cada coreografía, la entrenadora incansable de nuestras alumnas y la mente maestra detrás de toda la puesta en escena. Su talento, su visión artística y su liderazgo marcaron la diferencia y permitieron que un elenco tan diverso pudiera brillar con seguridad, técnica y emoción. Desde nuestras Mini Flamenquitas, pasando por Flamenquitas e Iniciación, hasta el poderoso Cuerpo de Baile, todas se lucieron gracias a la dedicación y meticulosidad con la que Doris formó cada detalle.

El público también vivió momentos mágicos con la interpretación vocal de Rinaldo, esposo de Doris, acompañado por el Flamenkito. Su entrega, sentimiento y conexión con la historia dejaron al auditorio cautivado. Fue una participación que sumó emoción, fuerza y un matiz especial a la narrativa del espectáculo.

“Nace un Movimiento” contó una historia original escrita por Doris y Rinaldo, un viaje íntimo y profundo sobre la transformación, la lucha interna, la conexión con uno mismo y el renacer. Cada escena estuvo llena de simbolismos, emociones y estética flamenca que llevaron al público a vivir un recorrido artístico y emocional inolvidable.

La puesta en escena, el profesionalismo, la energía y el talento de cada una de nuestras bailarinas hicieron que esta noche fuera única. Todo —la música, la iluminación, los vestuarios, las coreografías y la entrega del elenco— se unió para crear una experiencia completa que elevó el flamenco en nuestra ciudad.

Hoy solo sentimos orgullo y gratitud. Gratitud por nuestras alumnas, por las familias que confiaron, por el equipo que trabajó sin descanso y por un público que se entregó desde el primer momento. 

Porque el sábado no solo presentamos un espectáculo: ese día nació algo más grande, un movimiento que seguirá creciendo, inspirando y dejando huella en cada corazón que toque.